
que de tu piel brotaba
como el sol que delicadamente
se esconde al anochecer
pero se mantiene en tu piel.
Una sonrisa tímida
se dibuja nerviosa
sobre sus mejillas
mientras te abrazaba a mí.
Incrédula tu mirada
no sabía distinguir
entre si lo que veía tus ojos
era un sueño o una realidad.
A pasos lentos se alejo
esperando quizás
un beso... un adiós
a la espera del ocaso
el sol sobre el mar
que me permitió soñar
a orillas del mar
un momento más.